sábado, 7 de enero de 2012

JOSÉ MARTÍNEZ-BARGIELA




JOSÉ MARTÍNEZ-BARGIELA nació en Pontevedra, Galicia, en 1921, y falleció en Buenos Aires en 2009. Poeta, narrador, ensayista y traductor de inglés y portugués. Publicó veintitrés poemarios; son algunos de ellos: Los ávidos laureles, Hojas de palisandro, Fragmentos de la noche, El escultor, Abismo de ausencia, El navegante; y el cuento: El crimen de los carboneros. En novela: Yo, el esmoquin (2008). Numerosas antologías recogen partes de su extensa obra. Su familia le editó el libro póstumo Monocordia (poesía, 2011) y El Grupo Literario La Luna Que, del que formaba parte desde 1998, lo recordó con la edición de José Martínez-Bargiela - Apostillas de los amigos (2011).


 



HISTORIAS DE CIEGO CON VIOLÍN

¡Vean, vean a los guardias,
la ley es calva y una sola;
de fugas, esquiva ley aplicada
bajo los arcos del puente: ley,
toda sentencia es válida!
Observen el resplandor del fuego,
adviertan pulir el acero las balas,
por turno el humo del tiro de gracia,
el innecesario suspiro.
De la comedia a la farsa,
inútil bululú tan solo con ver fluir
y anudarse el agua
al rojo color del río,
la falsa sentencia al alba
por suscribir la muerte amanecida
al postrer canto del ruiseñor,
y pretenden las aleluyas
loar caros maitines,
vulnerar, transgredir sordas lágrimas
en cuerdas de violín, el drama.




PASO Y PASO

Qué hago yo
que no miro atrás
cuando cruzo la  villa
al costado de la empalizada.
Por qué me siento
tan poco bravo
al amanecer

estas miserias devenidas
de los innombrables
de la historia impía

en zancos y signos
apedreado miro
a los niños descalzos
inocentes ondear
banderas de desencanto
para mantener en alto
la otra historia
viva

cuando paso y paso
y pasan los trenes suburbanos
de la desmemoria
gritan...

Adiós digo o callo
y del pan la mano escondo
sinsabor del prodigio

el alimento
símbolos amargos
del que la billetera monda
por cualquier adagio
a bordo del instante
vuelan a Ezeiza lejos
del brazo de algún mecenazgo
en trueque
en la calavera hueca
de su propia sangre.



BY-PASS DE MILENIO

Músicos y poetas cayeron
infinitos en la trama lírica del siglo veinte,
haciendo música, cantando,
ejecutando sus violines;
elucubrando, desertores los aedas,
inverosímiles hipocresías fugadas
del Olimpo con los dioses,
los cantos griegos y sus bardos encanecidos
en el altar de los atletas.
Píndaro, ya cansado de encender la antorcha,
sus poemas, regresa del Estadio y no vuelve
en los épodos de la Odas triunfales.
Músicos y poetas sin aliento
denostan al promediar la adversidad
reiterar la noche más larga de los tiempos:
centuria ominosa caida al vacío del escarnio.
Aliteradas glosas el canon sugerido de la injuria.


DESVARIADO

No sé si voy a ponerme a llorar
aquí, de pie
en esta extrema de terreno,
al verme invadido en las incultivadas
parcelas,
abandonadas a la ecológica belleza,
triste e incapaz de ser,
de revertir este momento.
El zarzal me cubre donde hubo
vida campesina y frutos, hay
tierna maleza ahora.
Y aún me maravillan
los cantos de pájaros menores,
aquellos que no emigran
y son constantes
en las cuatro estaciones del año,
embelleciendo los extraviados
ramajes indomables,
descolgados indiscriminadamente
sobre los arroyos de antaño
que me estimulan y me hacen humano.
Cuando me vuelva a ir
he de dejar el grito
agradecido como hijo,
padre y abuelo,
de saber quien sabe qué
de cambios futuros,
ha de sorprerderme
el intento de jamás,
mis inconstancias.

1 comentario:

  1. ¡Admiro la fuerza de esta escritura! Lamentablemente lo conocí muy poco a Martínez Bargiela, pero nunca voy a olvidarme de la pasión que ponía cada vez que leía sus poemas y de algún modo me transportaba a los contenidos que volcaba en sus escritos. Espero que tengamos más de él en el blog, aunque ya no esté con nosotros para seguir creando como lo hizo hasta que nos dejó.

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