ALICIA GRINBANK

ALICIA GRINBANK nació en Buenos Aires en 1949. Es poeta y narradora. Parte de su obra poética y narrativa se encuentra en antologías de  Argentina,  Chile y Uruguay.  Ha publicado en poesía: Bruma y verdor (1987), Curanto (1992), La balsa de la Medusa (2002) y Noche cerrada (2006). 



 
SAN CAYETANO

En la puerta de la iglesia
los fieles navegan entre espigas   roscas y velitas
ateridos.
Religión de estómagos maltratados
busca
una punta    un guiño.

Y se dejan mentir
cebados.


LA BALSA DE LA MEDUSA

Las casas navegan
perdemos pie    boyamos.
El amanecer nos despierta amontonados.
Bailotea el pavor en los ojos.
Flotan puertas    mechones en la almohada.
Es alta la mar y quieta.
Si viniera esa tormenta de una vez:
hundirse será más dulce
y todo volverá a ser bello sin nosotros.



TANGO

Si me cortan la ciudad en pedazos
¿a dónde iré a parar con mis huesos y mi alma?
si no me dejan siquiera un friso
un conventillo   un bar
si de todo hacen polvo de estrellas
shopping   olvido.                                    




11 DE SETIEMBRE DEL 2001

Pirueta entre cristales
ve sus rostros caer.
La corbata henchida en última danza.
¿Llora?
¿bendice o maldice su arrojo?
¿recuerda el mar?
¿el baile de graduación?
Un solo dado:
vuelca el cubilete
y suelta la mediocre aventura.

Pájaro inflamado de belleza.




TUCUMÁN

Hay un hombre en harapos
 hollando el basural:
tal vez sea una oscuridad celeste sin retorno.

Y hay un muchacho de domingo
que come con vergüenza
en la fonda cercana del ingenio .
Su hijita rosa bebe de la madre
y él mira    no mira
sumidos sus ojos   remoja el pan
- la boca abultada -
Hará otra hijita rosa
en la feroz ansia de la noche
y olerá siempre el mismo guiso.

Nunca leyó ni leerá un libro.
Nunca vio el mar.
                             


...

Hay corso en el barrio:
“cortaron” la avenida
y las murgas se preparan.
Ella- como gato escaldado-
mira con sus ojos dementes.
Las familias le rehuyen con duda: 
entre tanto disfraz, bien podría ser de la comparsa.

Pero ante el hedor que emana de la vagabunda
enfilan -decididas-
hacia el certero choripán del  carnaval.